El retiro: ¿Y si no nos preparamos?
- Yesenia Cardenas
- 28 nov 2024
- 2 Min. de lectura

Imagínate llegar a la tercera edad con ganas de descansar, pero en lugar de disfrutar de la vida tranquila que siempre soñaste, terminas contando monedas, trabajando largas horas o dependiendo de tus hijos para sobrevivir. No suena como el final feliz que esperamos, ¿cierto? Y aunque pareciera una película dramática, para muchos es una realidad.
Trabajar en la tercera edad: ¿buena idea o última opción?
Seguir trabajando después de los 65 años no siempre es por elección. Si bien algunos lo hacen porque aman lo que hacen, para otros es una necesidad. Y seamos sinceros, a esa edad, no todos los trabajos son factibles. El cuerpo ya no responde igual, las jornadas largas pesan más y las oportunidades laborales disminuyen. Peor aún, la mayoría de las personas que trabajan en esta etapa no lo hacen en condiciones óptimas.
¿Y la familia?
Confiar en que tus hijos te cuidarán suena romántico, pero en la práctica puede ser complicado. No solo estamos hablando de la carga económica, sino también emocional. Tus hijos tienen sus propias familias, deudas y proyectos. Darles esta responsabilidad a tus hijos significaría quitarle recursos a todo lo demás y no llegar tan lejos como quisieran. Aunque quisieran ayudarte, esa dependencia puede generar tensiones y resentimientos.
Entonces, ¿qué hacemos?
No todo está perdido. La clave está en planificar desde ahora. Así como ahorramos para unas vacaciones o un coche nuevo, ahorrar para el retiro debe ser una prioridad. Y no tiene que ser un sacrificio; incluso pequeñas aportaciones constantes pueden hacer una gran diferencia.
Prepararse para el retiro no se trata de pensar en lo peor, sino de garantizar que el futuro sea tan brillante como siempre lo soñaste. Después de todo, mereces disfrutar de esa etapa sin preocupaciones, ¿no crees? 🌟
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